viernes, 17 de junio de 2011

El último paso para la moratoria de transgénicos



Al final, la sensatez pudo más que las medidas apresuradas. Claro, falta el paso más importante para que la moratoria de diez años para el ingreso de semillas transgénicas aprobada la semana pasada por el Congreso se haga efectiva: que el presidente Alan García promulgue la ley. Si bien el mandatario se encuentra actualmente ocupado en dejar huellas imborrables de su gestión, se espera que disponga de tiempo en su programa de inauguraciones para revisar la autógrafa y la firme.

Darle más largas al asunto reflejaría que la falta de consenso en torno a este tema tan delicado prosigue. Si los congresistas fueron capaces de ponerse de acuerdo, lo menos que podrían hacer los ministros es seguir ese ejemplo. Se sabe que Antonio Brack (Ambiente) es un férreo defensor de la moratoria, pero la posición de Jorge Villasante (Agricultura) sigue siendo ambigua. Por lo visto, sus asesores siguen dando pelea.

Lo interesante de la norma es que prohíbe la importación de semillas transgénicas para el cultivo pero no para el consumo. De esa manera, por ejemplo, los industriales avícolas podrán seguir importando maíz amarillo duro modificado genéticamente para alimentar a sus aves –la producción nacional de ese grano no es suficiente para abastecer la demanda–. Con esa medida, se busca proteger la agricultura de cualquier efecto potencial, mientras se profundizan las investigaciones.

Al respecto, el proyecto de ley aprobado dispone la creación de una comisión técnica de evaluación y prevención de riesgos de uso de transgénicos, la que en dos años deberá emitir un informe. Hay que insistir en que ese grupo tendrá que ser multidisciplinario y que haga públicos los avances de su trabajo, a fin de evitar el secretismo con que el tema ha estado siendo manejado por este gobierno. El papel del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), hoy bastante reducido por falta de recursos económicos, deberá ser clave.

El nombramiento como coordinador de la transferencia de gobierno en el sector ambiental de Ricardo Giesecke, quien está a favor de la moratoria, hace pensar que el presidente electo Ollanta Humala es de la misma opinión. Entonces, lo pendiente sería formar una comisión técnica competente que ponga manos a la obra sin más dilación.


Fuente: Diario Gestión

miércoles, 8 de junio de 2011

Congreso le cierra el paso al ingreso de semillas transgénicas


Una muy buena noticia para la biodiversidad del país. El Pleno del Congreso aprobó anoche, por mayoría, una moratoria de diez años para el ingreso de semillas genéticamente modificadas, conocidas también como transgénicas.

El chef peruano Gastón Acurio seguía la sesión a través del canal del Congreso y de inmediato colocó un post en su cuenta de Facebook.

“Por clarísima mayoría, el Congreso de la República, haciendo honor a la República, acaba de derogar el reglamento que permitía el ingreso de semillas transgénicas para ser cultivadas en nuestros suelos. Con ello, la marca Perú, como país especializado, polifacético y de biodiversidad exclusiva, sigue en marcha coherente hacia sus objetivos de conquistar y seducir al mundo con lo que tenemos. A peruanizar el mundo”, señaló Acurio en su post.

Lo aprobado en el Legislativo reconoce las demandas de los gremios agrarios, chefs, científicos, que veían peligrar la biodiversidad y la economía de pequeños productores.

Además se pone fin a la cúpula transgénica que aprobó el reglamento de bioseguridad, cuyos integrantes dimitieron por denuncias periodísticas sobre intereses particulares, empezando por el ex ministro de Agricultura Rafael Quevedo y sus asesores Dow Hers Seiner, Alexander Grobman y César Paredes Piana (ex jefe del INIA).

El dato


Pleno. El legislador Jorge del Castillo pidió un cambio en el art. 1 para que la moratoria solo sea de 5 y no de 10 años, como lo señalaba el dictamen original. pero no prosperó. Hubo dos votaciones: en la 1ra. se votó el dictamen sin el artículo 1º que logró 56 votos a favor. En la 2ª votación solo se votó el tiempo de la moratoria. 33 votaron a favor y 26 en contra.


Rumi Cevallos


Fuente: La República


viernes, 3 de junio de 2011

Conveagro afirma que Comisión Multisectorial favorecería a transgénicos


El Ministerio de Agricultura instaló la Comisión Multisectorial que evaluará el reglamento de transgénicos aprobado en abril. Conveagro, institución que forma parte del grupo de trabajo que evaluará el reglamento aprobado en abril último mediante el DS 003-2011, cuestionó la composición de este equipo, pues consideró que la mayoría de sus miembros se ha manifestado favorable a los productos transgénicos .

El grupo de trabajo está integrado por 13 miembros de 12 instituciones públicas y privadas: Confiep, SNI, Comex, Produce, Mincetur, Minag (dos miembros), INIA, Minam, Concytec, Minsa, Aspec y Conveagro.

Esta Comisión, que está adscrita al Ministerio de Agricultura (Minag), presentará en 30 días a este portafolio sus propuestas de modificación de dicho reglamento.

El titular del Minag, Jorge Villasante, afirmó que evaluará todas las alternativas que plantee la Comisión Multisectorial, ya sea la permanencia, modificación o derogación de la norma.

Sin embargo, la representante de Conveagro, la investigadora Antonietta Gutiérrez -Rosati, se quejó de la composición de la Comisión, pues un 80% de sus integrantes serían pro transgénicos : “No quieren que se cambie el reglamento”, mientras que solo el 20% (Conveagro, Aspec y Minam) están a favor de proteger la biodiversidad.

Se quejó de que la comisión, en su sesión preliminar de ayer, haya decidido que los temas se decidan con una mayoría calificada (2/3), en vez de establecerse por consensos.

Por su parte, Villasante no descarta incorporar a otros miembros como ADEX y productores de maíz amarillo duro.

Fuente: Diario Gestión

miércoles, 25 de mayo de 2011

Semilla transgénica: una bomba de tiempo para la Agrobiodiversidad

Foto: Sur Noticias


El pasado 15 de abril, mes de “la tierra”, paradójicamente el entonces Ministro de Agricultura (MINAG) Rafael Quevedo emitió el Decreto Supremo 003-2011-AG, que reglamenta la Ley de Biotecnología promulgada el 11 de julio de 2006, en los últimos días del periodo de Gobierno de Alejandro Toledo. La aprobación del reglamento brinda la llave para abrir las puertas de nuestro país a los cultivos transgénicos, también conocidos como Organismos Vivos Modificados (OVM) hasta ahora no permitidos en el Perú.


Esta decisión polémica ha dado lugar al enérgico rechazo de algunas personalidades de la gastronomía peruana como Gastón Acurio y también al de diversas organizaciones de consumidores y agricultores de nuestro país entre las que se encuentran la Convención Nacional del Agro (CONVEAGRO), el más importante gremio de agricultores del país, la Asociación Médica Peruana, el Colegio de Ingenieros del Perú, la Asociación Peruana de Gastronomía, numerosos movimientos sociales y organizaciones no gubernamentales. Mientras tanto el debate y las acciones de protesta por el citado Decreto Legislativo continúan. Un incidente curioso en este escenario es la renuncia del titular de agricultura, Rafael Quevedo el 13 de mayo, quien habría renunciado a la cartera de agricultura argumentando como una de las razones, la de evitar especulaciones en torno intereses que lo vincularían con una empresa de cría y sacrificio de pollos, importadora de semillas transgénicas.


Por su parte el Ministro de Ambiente Antonio Brack manifestó el pasado 5 de mayo ante la Comisión de Agricultura del Congreso que nuestro país no está en condiciones técnicas para hacer seguimiento a los eventos transgénicos, haciendo referencia al Decreto Legislativo que liberaliza los cultivos transgénicos y ratificó ante la comisión su postura a favor de una moratoria de 15 años al ingreso de los OVM, propuesta que está pendiente de ser debatida en sesión plenaria del Congreso.


Antecedentes:
¿Cuándo comienza en nuestro país la historia de la semilla transgénica?


En Abril del año 1999 en el segundo periodo de Gobierno de Alberto Fujimori se aprueba la Ley 27104 “Ley de prevención de riesgos derivados del uso de la biotecnología”. Esta ley señala que la introducción de un transgénico requiere de una autorización del Estado, sin embargo la ausencia de reglamentación de esta norma por más de 10 años ha permitido que ingresen a nuestro país de manera ilegal semillas transgénicas de maíz amarillo duro para el consumo. Desde el año 2007 ya teníamos evidencia de la existencia de cultivos transgénicos ilegales en el Perú, gracias a las investigaciones de Doctora Antonietta Gutiérrez Rosati, profesora principal de la Universidad Nacional Agraria. En el año 2009 ella misma alertó que se habían extendido los cultivos a otras zonas de Piura, La Libertad, Chepen, Barranca.


Otro elemento que debemos considerar es que hoy en día consumimos casi un 60% de productos derivados de semillas transgénicas como la soya y el maíz. El 95% de los productos derivados de la soya son transgénicos, asimismo el pollo que se vende en los mercados es generalmente alimentado con maíz duro amarillo del tipo de semilla en cuestión. Julio Iglesias presidente de la Asociación Nacional de Productores del Maíz y Sorgo señaló que cada peruano consume al año 63 kilos de maíz transgénico en carnes y aceites y otros productos derivados del maíz y la soya.


Frente a este ingreso evidente de productos derivados de transgénicos en nuestra alimentación diaria, varias organizaciones han promovido la necesidad de que éstos sean etiquetados para garantizar la libre elección de su consumo. Estas iniciativas tuvieron resultados positivos y el 1 de octubre de 2010 se aprobó la Ley 29571 denominada “Código de protección y defensa del consumidor” en cuyo artículo 37 se hace referencia a la obligatoriedad del etiquetado de productos derivados de transgénicos; pero dadas las resistencias y controversias vinculadas a este artículo el gobierno señaló un plazo de 180 días para que las empresas puedan cumplir con la ley. A la fecha hace falta el reglamento de esta ley para garantizar su aplicabilidad.


Los transgénicos y la soberanía alimentaria:


En la actualidad las semillas transgénicas son sólo el maíz, la soya y la canola y están en manos de 5 empresas transnacionales, una de ellas y la más poderosa es la empresa MONSANTO, dedicada antes a la producción de pesticidas. Hoy en día esta empresa poderosa comercializa el 90% de semillas transgénicas en todo el mundo.


Entre las bondades que se ofrece como resultado del cultivo de este tipo de semillas está la de garantizar la seguridad alimentaria, pues se argumenta que al ser granos más resistentes a las plagas permitiría mayor productividad a menor costo. Así podrían garantizarlo países como Argentina y Brasil quienes llevan años de apertura a la semilla transgénica con relativo éxito. Sin embargo un componente que nos diferencia de estos países y no viene siendo tomado en cuenta es que el Perú es poseedor de una gran biodiversidad expresada en cientos de especies y miles de variedades de plantas y productos agrícolas. Por ejemplo tenemos 8 especies de papas nativas, las que tienen 3500 variedades de papas cultivadas. En el caso del maíz tenemos alrededor de 50 razas y se calcula que hay 1600 variedades de maíz, lo mismo se sucede con otros tubérculos y granos andinos. Para el biólogo Julio Valladolid del Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas- PRATEC, toda esta gran diversidad y variabilidad de las plantas ha sido gracias al cariño y respeto que estas culturas han “criado” sus semillas. El sostiene que sin esta diversidad no se podría tener soberanía alimentaria.


El ingreso de semillas para el cultivo de transgénicos en el Perú,considerado el cuarto país mega biodiverso en el mundo, podría ser nocivo porque atentaría contra esa diversidad biológica que ha sido cultivada y multiplicada desde hace 10 mil años. Valladolid afirma que nuestros antepasados han sabido cultivar y diversificar los cultivos originarios de tal forma que ni las inclemencias del clima, ni las lluvias, ni el calor han podido acabar con esta riqueza. Hoy en tiempos de crisis climática el valor de la diversidad de especies y variedades es incalculable. Esta riqueza conservada por cientos y miles de años podría ser afectada a través de la polinización, contagiando y contaminando así los cultivos cercanos a plantaciones de transgénicos.


Los transgénicos son experimentos inacabados, sostiene Julio Valladolid del PRATEC, no se han hecho las evaluaciones a largo plazo y se han conseguido permisos para su ingreso en algunos países de manera no tan clara y es por eso que los queremos evitar. En los países que tienen una riqueza grande de agro biodiversidad no deben entrar los transgénicos. Somos el primer país agro biodiverso. Tenemos alrededor de 180 especies de plantas para alimentos y miles de variedades, perder esa riqueza por la contaminación de transgénicos sería muy grave.


Otro componente clave de la soberanía alimentaria es para Valladolid la “suficiencia alimentaria” que no es más que “Sembrar de todo para comer de todo y entre todos” pensando en la naturaleza, deidades andinas y seres humanos. Nuestros campesinos tienen prácticas ancestrales de siembra que se caracterizan no sólo por la variedad, sino también por la “mezcla”. Es usual encontrar en las chacras diferentes variedades de maíz, de quinua y kiwicha, lo que va a permitir que siempre haya alimentos. Si unos no sobreviven a las lluvias excesivas o al calor, habrán otras variedades que sí. Toda esta mezcla es la base para garantizar la producción de alimentos. Esta práctica sería inviable con las semillas transgénicas.


Otro aspecto que hay que tener presente es que la Unión Europea importa alimentos orgánicos del Perú y entre los requisitos que establece está que no sean de semillas transgénicas, ni usen pesticidas. Si contaminamos el germoplasma y los alimentos que vamos a exportar podremos perder todo el mercado europeo, lo que costaría mucho más que la supuesta ganancia de los transgénicos.


Gastón Acurio empresario de la cocina peruana y quien está en contra de los cultivos transgénicos sugiere que debe hacerse un debate con participación de diversos actores y no solo biólogos, sino también los agricultores y otros sectores de la sociedad civil como los cocineros. “Estamos hablando de la defensa de la biodiversidad como generadora de miles de oportunidades por explorar y explotar por un país que grita urgentemente su libertad económica”, señala Acurio.


El Perú tiene los mejores espárragos del mundo de altísima calidad y hay otros productos que se van sumando y no son transgénicos. Somos primeros en el mundo en exportación de café orgánico. Estos productos de calidad de la agro exportación podrían verse afectados en tanto los transgénicos pueden perjudicar a la imagen de marca de agricultura peruana de exportación en el mundo, pero también puede afectar al turismo. “Eso debe ser evaluado”, sostiene Acurio. También afirma que en este momento el reglamento no es viable en el Perú porque arriesga muchísimo la biodiversidad para el futuro de la economía de nuestro país y tenemos enormes potencialidades por recorrer.


La ley de moratoria:

Frente a la incertidumbre acerca de la contaminación y el equilibrio de la naturaleza, la propia identidad cultural y los efectos en la salud humana existe un principio de precaución al que todos tenemos derecho. Este principio se traduce en una moratoria. Actualmente existe un proyecto de Ley de moratoria que plantea postergar el ingreso de cultivos transgénicos por 15 años. Esta propuesta plantea retrasar el cultivo de los transgénicos de tal modo que hace posible avanzar en la mejora de las condiciones para el manejo de estas semillas porque permite realizar investigaciones sobre los posibles efectos o esperar que éstas sean llevadas a cabo y contar con el tiempo necesario para generar mecanismos de protección de nuestra biodiversidad.

La Ley de moratoria que inicialmente planteaba el plazo de 3 años, luego se amplió a 10 años, pero hay quienes solicitan que debería ser al menos de unos 15 años. Con este margen de tiempo fue aprobada la Ley de moratoria en la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos y de Ecología, sin embargo aún falta que sea debatida y aprobada por el pleno.

Vale la pena preguntarse con que intención vino el director de MONSANTO al país y se reunió con el presidente Alan García. Los gobiernos pasan, pero las consecuencias de las decisiones que se toman afectan la vida de generaciones. Eso es lo preocupante.



Por Raquel Gargatte – BENALA
Colectivo Semillas de Diversidad
ww.semillasdediversidad.blogspot.com

miércoles, 18 de mayo de 2011

Ministerio de Agricultura creará comité multisectorial para evaluar reglamento de transgénicos



Fuente: Andina ( Agencia Peruana de Noticias)




El Ministerio de Agricultura (Minag) anunció hoy la conformación de un Comité Multisectorial que aporte iniciativas para el mejor uso de los Organismos Vivos Modificados (OMV) o transgénicos en Perú, luego de haberse aprobado su comercialización en el país hace algunas semanas.


El ministro de Agricultura, Jorge Villasante, indicó que esta comisión estará adscrita al Minag y dispondrá de un plazo de 30 días para recibir los aportes y evaluar las sugerencias, o propuestas de modificación de la norma, apuntando a mejorar el uso de los transgénicos.


En función de ello el Comité Multisectorial presentará un informe final que evaluará el Minag, señaló a su salida de Palacio de Gobierno luego de una sesión del Consejo de Ministros.


Precisó que este comité estará conformado por dos representantes del Minag, así como por representantes de los ministerios del Ambiente (Minam), de la Producción, de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) y de Salud (Minsa).


También por un representante del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Concytec), de la Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro), de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep), de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (Aspec), de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) y de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú).Estos representantes deberán ser acreditados en los próximos cinco días, manifestó el ministro.


Además extendió la invitación a quienes puedan aportar comentarios para tomar las decisiones que mejor convengan pensando por sobre todo en la salud y en la biodiversidad. “Aunque no podemos ser ajenos al uso de los avances tecnológicos que permitan pensar en la seguridad alimentaria y las necesidades que tenemos como país”, anotó.


Por su parte, la presidenta del Consejo de Ministros, Rosario Fernández, dijo que si bien se esperan los aportes de los distintos sectores, o propuestas de modificación de la norma de transgénicos, cabe la opinión, fundamentalmente técnica, y por ello se espera lo que puedan decir los técnicos en la materia.


Cabe recordar que el ex ministro de Agricultura, Rafael Quevedo, manifestó que si se aprueba una moratoria para el uso de transgénicos (postergar su ingreso por algunos años), Perú sufriría represalias comerciales y se pondrían en riesgo los tratados de Libre Comercio (TLC) suscritos por el país.


Dijo que la moratoria a los transgénicos planteada por algunos sectores, como medida de protección ante el riesgo que representarían para la salud y la biodiversidad, se constituiría en un obstáculo al comercio y restringiría esa actividad.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Restaurantes le dicen no a las semillas transgénicas



Fuente: El Comercio

La Sociedad Peruana de Gastronomía (Apega) demandó públicamente que el Poder Ejecutivo deje sin efecto el reglamento que permite el cultivo de semillas transgénicas en nuestro territorio.

“Existe un peligro de contaminación de las áreas de cultivo de productos emblemáticos del Perú. El polen transgénico puede ser llevado por el viento o transportado por insectos hasta esas plantaciones que se han mantenido por siglos libres de transgénicos. Por ceder a la presión de un reducido número de empresas se amenaza al resto de cultivos”, señaló.
Adelantó que en la próxima edición de Mistura, del 9 al 18 de setiembre, se dará énfasis a los alimentos nativos, ingredientes vitales de nuestra gastronomía, que se pondrían en peligro.

En tanto, un grupo de productores agrícolas del Parque de la Papa de Cusco lavó en la Plaza de Armas de Lima papas nativas y banderas junto con la alcaldesa capitalina, Susana Villarán. La representante edil comentó que la Comisión de Medio Ambiente del concejo limeño elabora el proyecto de ordenanza para declarar a Lima Metropolitana libre de transgénicos.

Luego los productores agrícolas llegaron al Parlamento para demandar la aprobación del proyecto que plantea una moratoria al ingreso de los transgénicos por 15 años. Al respecto, el vicepresidente de Conveagro, Jorge Prado, comentó que recibió información de la Comisión Agraria respecto de que el tema se vería en el próximo pleno.


jueves, 5 de mayo de 2011

Organizaciones integrantes de la coalición de “Defensa de la Biodiversidad, el Agro y la Gastronomía Peruana” continúan acciones para la derogación



Fuente: CONVEAGRO


A partir de la aprobación del Decreto Supremo 003-2011-AG, diferentes gremios y organizaciones de la sociedad civil han expresado su rechazo a esta norma liberaliza el consumo y la reproducción de semilla transgénicas del Perú mediante pronunciamientos y acciones concretas.

Entre las voces que se han pronunciado en contra este decreto está la de la Asociación Peruana de Productores de Trigo, Cebada y Sucedáneos (APETRICES) que representa a 150 mil pequeños agricultores, que rechaza de manera categórica la inconsulta norma.

Así también la Coordinadora Nacional de Productores de Papa ha emitido su manifiesto en defensa Agro biodiversidad Peruana y como conservacionistas por más de 8 mil años de las 3,250 variedades de papas nativas peruanas a lo largo y ancho de los andes del Perú, rechazando a los intereses de las grandes transnacionales, que de acuerdo con ellos se empeñan en imponer el monopolio de las semillas genéticamente modificadas.

De otro lado productores agrarios, campesinos, gastrónomos, ecologistas, estudiantes, artistas, académicos, colegios profesionales, representantes de diferentes ONGs realizaron un plantón en las puertas de ingreso del Ministerio Agricultura, en La Molina, demandando también la derogatoria del cuestionado decreto, asimismo piden que el Congreso de la República apruebe la moratoria al ingreso de semillas modificadas.

miércoles, 27 de abril de 2011

EN DEFENSA DE LA BIODIVERSIDAD, EL AGRO Y LA GASTRONOMÍA PERUANA: NO A LA LIBERALIZACIÓN DEL INGRESO DE CULTIVOS TRANSGÉNICOS EN EL PERU



Con el objetivo de exigir al gobierno la inmediata derogatoria del DS 003-2011-MINAG que liberaliza el ingreso de cultivos transgénicos y de defender la biodiversidad, el agro y la gastronomía peruana la Convención Nacional de Agro Peruano realizó una conferencia de prensa el día de ayer que contó la participación de diferentes gremios agrarios y organizaciones de la sociedad civil como la Sociedad Peruana de Gastronomía (APEGA); Asociación Médica Peruana; Asociación Desarrollo Medio Ambiental Sustentable; Movimiento Ciudadano Frente al Cambio Climático MOCICC, Plataforma Perú País Libre de Transgénicos, Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios ASPEC; Red de Agricultura Ecológica del Perú – RAE Perú; Red de Acción en Agricultura Alternativa - RAAA; Asociación Nacional de Productores Ecológicos - ANPE; Forum Solidaridad Perú, entre otros.

Los principales argumentos que se dieron para la pedir la derogatoria fueron que el país no se encuentra preparado biotecnológicamente para asumir una política de apertura a los cultivos transgénicos y que las motivaciones para promover este consumo no obedecen a una necesidad nacional; sino a intereses económicos privados y se estaría poniendo en riesgo toda la política agraria nacional. Asimismo se afirmó que las investigaciones ya señalan que hay indicios de los riesgos para la salud que estos cultivos ocasionan y quedan pendientes investigaciones que den información de los efectos de estos productos en el largo plazo


Estas instituciones que representan a gremios agrarios, consumidores, cocineros, académicos, científicos, profesionales de salud, colegios profesionales y ONGs desarrollarán una serie de actividades conjuntas a fin de lograr la derogatoria del controversial decreto.


De otro lado la Municipalidad de Lima Metropolitana mediante del Teniente Alcalde, Eduardo Zegarra, informó que está en proceso la declaratoria de Lima como Zona libre de transgénicos y el respaldo la defensa de la biodiversidad. También Pedro Morales, gerente de la Asociación de Municipalidades del Perú, AMPE señaló el respaldo de todos los gobiernos locales a la demanda de derogatoria del cuestionado decreto supremo.

miércoles, 13 de abril de 2011

Nuevo estudio confirma que alimentos genéticamente modificados dañan los órganos

A pesar de la confusión en torno a las consecuencias que tienen los alimentos genéticamente modificados en nuestra salud, un nuevo estudio confirma tajantemente que si provocan daños concretos para nuestro organismo. Un nuevo estudio publicado en el diario Environmental Sciences Europe analizó los efectos del consumo de maíz y frijol de soya en el organismo de ratones. Y tras correlacionar la información extraída en 19 estudios previos sobre animales encontraron que el 9% de los parámetros que se midieron, incluyendo bioquímica sanguínea y de orina, peso de órganos, e histopatiología (análisis microscópicos) estaban significativamente alterados entre los animales que habían sido alimentados con productos genéticamente modificados.

Los órganos que más afectados resultaron luego de ingerir periódicamente alimentos genéticamente modificados fueron el hígado y los riñones, ambos encargados de filtrar las impurezas de las sustancias que entran a nuestro organismo, por lo cual ante la presencia de intoxicación alimenticia son los que reaccionan más notablemente. En el caso de los ratones que se utilizaron dentro del estudio los riñones del 43.5% de los machos evidenciaban serios trastornos mientras que el hígado del 30.8% de las hembras también lo manifestó. “Una gran cantidad de data convergente indicó que problemas en el hígado y los riñones son consecuencias directas de una dieta con alimento genéticamente modificado. Otros órganos también pueden ser afectados como el corazón, el bazo, y las células de la sangre” afirmaron los autores del estudio. Los investigadores a cargo del estudio eligieron como alimento a utilizar la soya y el maíz ya que estos dos cultivos representan el 83% de los alimentos genéticamente modificados que se comercializan y que actualmente son consumidos por miles de millones de personas alrededor del mundo. Tras la investigación también quedó demostrado el por que la mayoría de los estudios que se llevan a campo en este mercado para definir si los alimentos GM obtendrán la autorización para comercializarse, por cierto muchos de los cuales son financiado por las propias corporaciones que dominan este mercado, y al parecer la clave esta en el tiempo de medición de los efectos. Generalmente los estudios monitorean a los animales, de manera intencional, durante plazos muy cortos y de esta forma no se permite que los efectos negativos en sus organismos florezcan. La industria limita los estudios a un máximo de noventa días (y muchos de ellos ni siquiera alcanzan un mes de duración). Este tipo de estudios puede fácilmente dejar de detectar muchas de las consecuencias significativas que tienen los alimentos GM en el organismo de los animales que se utilizan. Por ejemplo, en el caso de los pesticidas, ha sido comprobado que algunos de los males que provocan a la salud se traspasan de generación en generación y en ocasiones pueden detectarse hasta después de décadas de haberlos ingerido periódicamente. En el caso de una sustancia conocida como DES (diethylstilbestrol) se confirmó que “induce cáncer en los genitales femeninos, entre otros problemas, solo en la segunda generación”. Pero aún considerando esta experiencia con los pesticidas, y por alguna misteriosa razón, los organismos y autoridades encargadas de evaluar los efectos directos de los alimentos genéticamente modificados no exigen estudios que analicen en plazos mayores a 90 días las consecuencias. “Es imposible en solo 13 semanas concluir sobre un tipo de patología inducida por alimentos GM y si es una patología mayor o menor. Por esta razón es necesario prolongar las pruebas que se hacen en los estudios Autor: Ecoosfera Publicación: 10/04/2011

martes, 1 de febrero de 2011

LAMBAYEQUE SE DECLARA LIBRE DE TRANSGENICOS

El Consejo Regional de Lambayeque declaró a esta jurisdicción del norte peruano “región libre de transgénicos y productos contaminados”, con la finalidad de preservar su biodiversidad y riqueza ecológica.

De esta manera, se espera proteger el patrimonio biológico, genético y cultural lambayecano, especialmente el algodón nativo, de los posibles riesgos de los transgénicos u organismos modificados genéticamente, se indicó a través de un comunicado de prensa.

La medida fue establecida mediante la Ordenanza Regional 01-2011, publicada el domingo en el boletín de normas legales del diario oficial “El Peruano”.

Según el consejo regional, recientemente se ha evidenciado el ingreso ilegal de transgénicos al país, en general, y a Lambayeque, en particular, mediante la importación de semillas o la introducción de productos modificados genéticamente, pero que no llevan el etiquetado respectivo.

AGROBIODIVERSIDAD
La instancia aseguró que en el país no existe un marco legal que garantice los valores patrimoniales de la megabiodiversidad, así como los derechos de las comunidades para preservar y desarrollar sus conocimientos –adquiridos a través de varias generaciones– asociados a la agrobiodiversidad.

En ese contexto, el Consejo Regional de Lambayeque consideró necesario adoptar medidas de protección, como la declaración de la jurisdicción como libre de transgénicos y productos contaminados.

(FUENTE: EL COMERCIO-PERU)

http://elcomercio.pe/planeta/707098/noticia-lambayeque-fue-declarada-zona-libre-transgenicos

martes, 7 de septiembre de 2010

Los alimentos transgénicos y el apocalipsis

Pueden ser la solución a la escasez de recursos del planeta o una catástrofe ecológica sin precedentes, cuesta ponerse de acuerdo. Sin tener aún una respuesta clara, ¿no nos habremos precipitado un poco al adoptar los cultivos transgénicos con tanto entusiasmo? Quizá ya sea tarde para hacerse esta pregunta, cuando en casi todos los rincones hay organismos genéticamente modificados, plantas con genes que les permiten luchar contra sus parásitos o contra herbicidas, lo que aumenta notablemente la producción y reduce el gasto. De momento no ha habido ningún problema serio, pero esto no es ninguna garantía de que continúe así en el futuro. ¿Son realmente seguros los transgénicos?

Desde que hace veinte años se empezaron a comercializar las semillas transgénicas ha habido dos motivos principales de preocupación. El primero es cómo puede afectarnos comer un vegetal al cual se le ha añadido un gen que no es suyo. El segundo es el impacto que este tipo de plantas puede tener en el medio ambiente. En lo que se refiere al primero, hasta ahora no se ha visto que los transgénicos sean malos para nuestra salud, ni hay en principio muchas razones para pensar que puedan serlo. Que una planta exprese un gen de más no le da en principio ninguna toxicidad especial. De hecho, si los genes de los vegetales que comemos pudieran alterar de alguna manera el cuerpo humano, a estas alturas habríamos echado raíces y nos saldrían ramas en la cabeza.

Hay que recordar que todos los seres vivos tienen su ADN y su genoma, y que comérnoslos no nos permite adquirir sus facultades. Esto parece que no todo el mundo lo tiene claro. Una encuesta reciente en Gran Bretaña señalaba que un 75% de los entrevistados creía que los alimentos orgánicos no tenían genes (!) y los transgénicos sí, de ahí que preferían no comprarlos. Esto más que gracioso es trágico: estamos tomando decisiones sobre nuestra salud sin entender todos los factores en juego y así los más perjudicados somos nosotros. El temor a los transgénicos es lógico y hasta cierto punto necesario, pero sólo si viene motivado por la precaución, no por la ignorancia.

Otro asunto muy diferente es el posible daño que puedan ocasionar al ecosistema. Aquí la respuesta no es tan tajante. Los expertos se dividen entre los que creen que no pasa nada, que con las medidas de seguridad actuales es suficiente, y los que temen que los transgénicos escapen de nuestro control y causen un cataclismo biológico en cadena. Por ejemplo, una planta diseñada para sobrevivir mejor podría en teoría competir con las 'naturales' y acabar por ocupar su lugar, lo que llevaría, en el peor de los casos, a la extinción de parte de la vida vegetal de nuestro planeta si no lo paráramos a tiempo. Ya se han visto algunos casos aislados en los que cultivos transgénicos han salido fuera de los límites que les habían marcado, normalmente en campos adyacentes, y se ha discutido mucho la importancia real de estos descubrimientos.

La novedad es que hace unos días se anunciaba que se había encontrado la primera planta genéticamente modificada creciendo por su cuenta en Estados Unidos, es decir, fuera de los campos de cultivo controlados donde había sido plantada. Se trata de hecho de dos variedades de colza transgénica resistente a herbicidas, una de Bayer y otra de Monsanto, que se han establecido en varias zonas 'salvajes' de Dakota del Norte. Esta vez no es un hecho anecdótico, sino una 'fuga' bastante considerable y por primera vez a distancias importantes del punto de origen. Además, los investigadores han localizado también un tercer transgénico, que es una mezcla de los otros dos. Esto quiere decir que las plantas llevan tiempo creciendo en esas áreas y que se han entrecruzado espontáneamente, como pasa normalmente en la naturaleza, generándose así una nueva especie híbrida que tiene el gen insertado por Bayer y el de Monsanto.

¿Es grave este descubrimiento? Por ahora los transgénicos se limitan a crecer en los márgenes de las carreteras y no están afectando los ecosistemas donde se han instalado. O sea, no hay un peligro inmediato. Podría haber riesgo de que la colza intercambiara los genes de la resistencia a los herbicidas con las malas hierbas que crecen en la zona, lo que las convertiría en un problema serio para los granjeros. Lo que sí demuestra este episodio es que las medidas para vigilar a los transgénicos son insuficientes. Además, a juzgar por el tiempo que esta colza lleva en libertad, es probable que haya habido más fugas que no se han detectado aún, principalmente porque no se destinan suficientes recursos a buscarlas. Los que decían que no había que sufrir porque los cultivos modificados se descontrolaran tendrán que revisar sus teorías.

Es difícil mantenerse objetivo cuando se habla de transgénicos. En Europa, probablemente el lugar donde tienen menos partidarios, se ha tomado muchas decisiones legales por simple presión popular, desoyendo los informes de los expertos que mejor nos podrían aconsejar. Al otro lado de la balanza pasa lo mismo: hay una motivación económica importante detrás de la implantación de estos los cultivos, y esto puede hacer callar a los científicos que buscan pruebas en su contra. Lo más lógico sería priorizar nuestra seguridad, pero esto no es fácil cuando hay una serie de intereses creados. Hay que investigar mucho más, de la forma más imparcial posible, e incrementar los controles de seguridad hasta que entendamos exactamente todas las consecuencias.
Fuente:

martes, 17 de agosto de 2010

¿Conoces el síndrome del Titanic?

Los alimentos transgénicos conforman un suculento negocio. Pese a que ya están en el mercado todavía no se han estudiado por completo las repercusiones que su producción y consumo pueden tener sobre el ser humano y los entornos naturales en los que se siembran sus cosechas.

Suiza aprobó en referéndum en el año 2005 una moratoria sobre cultivos transgénicos que ahora prorroga hasta 2013 para poder completar las investigaciones que están realizando sobre estas variedades.

En la India se acaba de aprobar una moratoria sobre el cultivo de variedades transgénicas de berenjena Bt “hasta que estudios científicos independientes aclaren la seguridad de estas variedades desde el punto de vista de su impacto a largo plazo sobre la salud humana y sobre el medio”. En el ámbito de la salud, la agencia sudafricana que vela por la calidad de la publicidad obligó en el 2007 a la empresa Monsanto a retirar un anuncio en el que afirmaba que no se habían detectado problemas con los alimentos transgénicos.

Tenía buenas razones para hacerlo, pues decir que “no se han demostrado efectos negativos de las variedades transgénicas sobre la salud humana” implica obviar varias cuestiones. Por un lado, son las empresas que comercializan estas variedades las que deben hacer los estudios suficientes para garantizar, mínimamente, su seguridad. J. L. Domingo, profesor de Toxicología de la Universitat Rovira i Virgili, ya denunció en un trabajo publicado en Science que no existían los estudios suficientes que dieran esas garantías.

La propia Comisión Europea reconocía que, sobre los transgénicos, “algunos temas no se han estudiado en absoluto”. Por otro lado, no se ha realizado ningún estudio que analice los posibles efectos sobre las personas. Sí existen algunos estudios de laboratorio con ratones, y éstos muestran algunos problemas para la salud: envejecimiento prematuro del hígado con soja transgénica resistente al herbicida glifosato, y problemas en hígado y riñones y de reacciones alergénicas con el maíz Bt.

Si algo caracteriza la cuestión de los transgénicos es la falta de rigor con el que las autoridades de seguridad alimentaria han dado el beneplácito a estas variedades aplicando una “estricta normativa”. Cabría definir cuál es el riesgo que la sociedad está dispuesta a asumir en relación a los cultivos transgénicos. Para ello, lo primero es preguntarse: ¿para qué queremos los cultivos transgénicos? ¿Con qué objetivos los plantamos? ¿Qué impactos negativos tiene su cultivo, tanto en términos sociales como ecológicos y para la salud? Y para conseguir esos objetivos, ¿existen otras alternativas más seguras? Y a igual riesgo, ¿existen otras alternativas más baratas? Más que ir en contra del avance científico, nos permitiría hacer más ciencia.

En la actualidad, los transgénicos no solucionan ninguna necesidad social ni ecológica. La idea de producir medicinas en plantas no supone producir nuevas medicinas, sino sólo trasladar el proceso desde un laboratorio, relativamente cerrado y controlado, al campo, ese espacio abierto e incontrolado por antonomasia. Para estos problemas sociales y ambientales existen otras soluciones que implican cambios en el ámbito político, pero son soluciones más baratas, más seguras y más justas.

Se han hecho aportaciones para resolver el problema del hambre desde el ámbito de las ciencias sociales y políticas. También desde las ciencias ambientales se proponen soluciones que, sin los cultivos transgénicos, permitirían mitigar y adaptar a los pueblos a nuevas condiciones climáticas. Si algo caracteriza a las semillas transgénicas es el oscurantismo, el pensar las soluciones “desde arriba”, sin contar con las personas potenciales beneficiarias de sus “magníficas cualidades”, o sin las aportaciones de otras ramas científicas o de la sociedad para analizar la realidad desde otras perspectivas.

Los transgénicos han recibido la bendición de todas las instituciones (i)responsables bajo el manto de una “tecnología punta” y de una “ciencia sólida” y supuestamente monolítica en su apoyo a esta tecnología. Algunos se suben a este barco porque la “tecnocracia” es decir, la creencia de que la tecnología aportará la solución a todos nuestros problemas, es la religión de nuestros días. Otros porque es su negocio. Y los de la bodega, porque creen que este barco les sacará de su miseria actual. Cuando el barco se esté hundiendo, aquéllos seguirán sin dejarles salir a flote. Un ejemplo, en España podemos encontrar semilla de maíz transgénico igual o más barata que la de variedades convencionales.

La misma táctica que las grandes superficies comerciales: vender por debajo del precio de coste para inundar el mercado. Pero ¿qué pasará el día que tengan aún más controlado el mercado de semillas? En Illinois el precio de la semilla de soja se ha triplicado desde el año 2000 mientras que las producciones han aumentado menos del 1%.

Marta G. Rivera Ferre, investigadora de Veterinarios sin Fronteras y colaboradora del Centro de Colaboraciones Solidarias.

Fuente: Canal Solidario
Texto extraido de www.biodiversidadla.org
Soberanía Alimentaria frente al Cambio Climático

Bajo la consigna "El agronegocio calienta el planeta, la agricultura campesina lo enfria", diversas organizaciones sociales de base campesinas e indígena se dieron cita ayer en Asunción para debatir las opciones de la soberanía alimentaria frente al control de los agronegocios y los impactos del cambio climático.

El evento convocado por la Iniciativa de Acción contra los Agronegocios AAI (www.agribusinessaction.org), contó con las exposiciones de compañeros de la Confederación Agraria del Perú y de la propia AAI. Se analizó fundamentalmente como la industria de alimentos y la agricultura a gran escala de monocultivos está contribuyendo a las emisiones de gases altamente contaminantes del medio ambiente debido a la reconversión de tierras, al uso intensivo de agroquímicos y la creciente dependencia de la industria de la energía fósil.

Los expositores señalaron como las grandes companías, (Cargill, Archer Daniels Midland, Monsanto, Tyson y otras), son responsables de destruir la soberanía alimentaria, el conocimiento milenario de los pueblos y el equilibrio con la naturaleza, a través de su afán por controlar semillas, tierras, fuentes de agua, comercialización de productos y hasta las opciones de quienes consumen fundamentalmente en las grandes urbes a través de los supermercados.

Toda esta situación está provocando serias consecuencias no sólo para los pueblos campesinos, sino para la humanidad como tal, ya que amenaza con un control planetario sobre recursos y fuentes de vida esenciales como son los alimentos y el agua.
Un aspecto que fue bastente discutido es como los organismos internacionales, parte del problema, se ofrecen con soluciones de tecnología avanzada que incluye desde paquetes de semillas y fertilizantes, hasta organismos genéticamente modificados y supuestos mecanismos de compensación y fijación de carbono.

El Banco Mundial y la FAO apoyando inciativas de mercados verdes y supuestas salidas biotecnológicas están contribuyendo con los planes del agronegocio, sin querer aceptar que la agricultura y ganadería intensiva son altamente responsables de la actual situación del cambio climático.

Los distintos participantes relataron las experiencias de sus pueblos y comunidades en el combate a los efectos de estos cambios que tienen impactos directos sobre sus territorios. La Soberanía Alimentaria como principal herramienta de resistencia y construcción de iniciativas campesinas destacó en el esfuerzo por la Reforma Agraria, pero también por el uso de abono naturales, de controladores biológicos, mercados alternativos y por mayores articulaciones entre los grupos urbanos y los productores directamente ligados a la tierra. Surge como un reto fundamental en este contexto avanzar en la contrucción de un sujeto político urbano capaz de articularse en esta lucha por la soberanía alimentaria, para la defensa del Buen Vivir y la lucha contra la criminalización y militarización que sufren hoy los territorios y pueblos indígenas y campesinos.

Si reconocemos que el pilar fundamental de toda sociedad es la alimentación, como sostenía un companero boliviano en el panel: "tenemos que avanzar en la valoración del saber y conocimiento de nuestros pueblos originarios y reconocer que los organismos internacionales y la industria de los agronegocios no tienen soluciones para el cambio climático y el hambre a nivel mundial. Vivir Bien supone una opción politica por nuevas sociedades, con educación, salud, justicia y equidad".

Publicado en:
IV Foro Social Americas.
14 de agosto de 2010
por Carlos Aguilar

Lucha de campesinos haitianos contra Monsanto llega al Foro Social de las Américas



Los movimientos campesinos de Haití están en la calle para denunciar que la supuesta filantropía de la corporación Monsanto no es más que una fachada para hacer negocios en el futuro, y están dispuestos a que su lucha se haga escuchar en todo el mundo.


Militantes del Movimiento Campesino Papaye (MPP por sus siglas en francés), que forma parte de La Vía Campesina, contarán la historia de esta resistencia contra la semillera estadounidense en el Foro Social de las Américas, que se desarrollará entre el 11 y el 15 de agosto en Asunción, la capital de Paraguay.

Uno de los principales referentes del MPP, Chavannes Jean-Baptiste, estuvo hace algunas semanas en Washington, y allí cuestionó la donación de Monsanto al gobierno de Haití de 475 toneladas de semillas transgénicas, después del terremoto del 12 de enero.

Lo hizo frente a representantes de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), que financia el proyecto Winner, mediante el cual se pretende efectivizar la entrega de semillas a unos diez mil campesinos.

“Las donaciones de Monsanto son un ataque contra la agricultura campesina y nuestra biodiversidad (…) Monsanto se aprovecha del terremoto para entrar al mercado de semillas de Haití”, reiteró Jean-Baptiste.

Y luego se preguntó: “¿Por qué los productos biológicos son buenos en California y no en Haití? Las semillas híbridas deben comprarse todos los años, y van a eliminar a las semillas locales, que existen desde hace más de dos siglos, y harán dependientes a los campesinos de la agroindustria”.

Esas declaraciones se hacían mientras unos veinte mil campesinos marchaban por las calles de Haití para expresar su descontento con el “regalo envenenado” de la Monsanto, que se encargó de informar a la prensa que los productos donados cuestan cuatro millones de dólares.

Durante esa movilización, referentes del MPP alertaron que existe una escasez de semillas entre los productores familiares, ya que la mayoría de ellas fue utilizada para alimentar a los refugiados.

Los ejecutivos de Monsanto explicaron que la decisión de regalar las semillas se tomó pocos días después del sismo, y en el marco del Foro Económico Mundial en la ciudad suiza de Davos, que anualmente convoca a los políticos y empresarios más poderosos del planeta.

Fuente:
www.ecoportal.net

Cultivos transgénicos ‘se escapan’ de los campos


Científicos hallan evidencia de que los cultivos modificados genéticamente pueden prosperar de forma silvestre.

Investigadores en Estados Unidos hallaron nueva evidencia de que los cultivos genéticamente modificados pueden sobrevivir y prosperar sin que se les proporcione cuidado alguno -posiblemente- por décadas.

Un equipo de la Universidad de Arkansas llevó a cabo una inspección en los campos de Dakota del Norte, en el norte del país, en busca de canola, un cultivo conocido también con el nombre de colza y que se utiliza para forraje y para la elaboración de aceite vegetal.

Tras revisar distintas regiones del estado, encontraron genes transgénicos en el 80% de las plantas que crecían de forma silvestre.

Según los investigadores, es muy probable que las modificaciones genéticas les hayan permitido a las plantas sobrevivir a pesar de los herbicidas.

Estados Unidos no regula los cultivos modificados porque las autoridades creen que la transferencia de genes a la naturaleza no es dañina. La Unión Europea ha sido más cauta en este sentido, aunque una serie de gobiernos europeos están deseosos de aprobar estas tecnologías.

Los resultados del estudio fueron presentados en el encuentro anual de la Sociedad Ecológica de EE.UU., en Pittsburgh.

“Establecimos once líneas que cruzan el estado, que consisten en carreteras y demás caminos”, le dijo a la BBC Cindy Sagers, a cargo del equipo de Arkansas.

“Las atravesamos e hicimos un total de 604 paradas en una distancia de 5.000 kilómetros. Hallamos canola en el 46% de los sitios y el 80% tenía al menos un gen transgénico”.

En algunos lugares, las plantas estaban tan juntas como ocurre en un cultivo.
“Encontramos colza resistente a los herbicidas a la vera de los caminos, en terrenos baldíos, en tiendas de vegetales y en cementerios”, dijeron los científicos.

La mayoría de la canola que se cultiva en Dakota del Norte está genéticamente modificada para ser resistente a los herbicidas de marcas registradas. Las variedades de Monsanto RoundUp Ready y de Bayer LibertyLink son las favoritas.

Dos de las plantas analizadas contienen genes modificados, resultado de la polinización cruzada.

Se estima que ésta es la primera vez que se identificaron plantas genéticamente modificadas creciendo de forma silvestre en EE.UU.

Hallazgos similares tuvieron lugar en Canadá, mientras que en Japón un estudio llevado a cabo en 2008 descubrió cantidades significativas de una planta transgénica de la misma familia de la canola cerca de las zonas portuarias donde se importaron las variedades modificadas.

Lo que sorprendió al equipo de Arkansas es la ubicuidad de estas variedades transgénicas en la naturaleza.

“Encontramos la mayor densidad de plantas cerca de los campos agrícolas y las principales rutas”, le dijo Sagers a la BBC.

“Pero también hallamos plantas en el medio de la nada, y en Dakota del Norte, hay mucha ‘nada’”.

Como son muy livianas, las semillas de canola se dispersan muy fácilmente con el viento o al caerse de los camiones que las transportan.

Regulación

Según Alison Snow, una especialista en el tema de la Universidad de Ohio que no estuvo involucrada en el estudio, las autoridades ya habían anticipado la existencia de plantas transgénicas fuera de los campos de cultivo, pero no consideraron que esto fuera un problema.

“Las agencias reguladoras en EE.UU. esperaban encontrar canola resistente a los herbicidas creciendo en la naturaleza, así como poblaciones de híbridos interespecíficos”, le comentó a la BBC.

“Con el tiempo, sin embargo, el aumento de los distintos tipos de plantas silvestres de canola u otras especies resistentes a los herbicidas puede dificultar su control mediante el uso de herbicidas”.

En EE.UU. los cultivos transgénicos no están bajo una regulación especial a menos que se haya demostrado que existan diferencias entre ellos y su equivalente convencional.

Esto contrasta con el régimen que existe desde hace una década en la Unión Europea (UE).

Aunque recientemente la Comisión Europea recomendó que cada país tome sus propias decisiones sobre si permitir o no estos cultivos dentro de su territorio, una vez que la UE les de el visto bueno en cuanto su impacto en el medio ambiente y la salud.
Fuente:
Terra/BBCMundo