La sentencia se refiere al caso de un grupo de apicultores alemanes, cuya miel se vio contaminada por el polen de maíz genéticamente modificado de la compañía Monsanto. El maíz estaba siendo cultivado en terrenos próximos por el Estado de Baviera con fines experimentales.
El Tribunal de Justicia señala que "el carácter intencional o fortuito" de la introducción del polen transgénico en la miel "no puede hacer que el alimento que contiene ingredientes producidos a partir de organismos genéticamente modificados quede excluido de la aplicación de dicho régimen de autorización".
El grupo de los Verdes en la Eurocámara ha destacado que la sentencia demuestra que la coexistencia entre cultivos tradicionales y transgénicos "es una falacia" y que "permitir el cultivo de transgénicos claramente lleva a la contaminación de cultivos no transgénicos y otros alimentos como la miel".
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